El caso escaló debido a que "El Limones" aparece en múltiples fotografías participando en eventos de la CATEM, organización encabezada por Pedro Haces, actual Diputado Federal de Morena y si bien Haces ha negado cualquier relación formal con el detenido y ha asegurado que nunca perteneció a la estructura sindical, las imágenes difundidas en redes sociales y medios contradice el deslinde al mostrar al presunto criminal en actos públicos, reuniones y espacios vinculados directamente con la organización que él dirige.

A pesar de que el secretario de Seguridad Omar García Harfuch ha declarado que no existen elementos que prueben un vínculo directo entre "El Limones" y la dirigencia nacional de CATEM o con Morena como partido, la eliminación de fotografías en cuentas oficiales de la confederación y la falta de explicaciones sobre el rol que el detenido desempeñaba en el ámbito sindical alimentaron el encubrimiento o, cuando menos, de una relación que se intenta minimizar.

Recientemente, nombres como Adán Augusto López, el propio expresidente Andrés Manuel López Obrador y su hijo Andy López Beltrán han sido señalados, directa o indirectamente, por presuntos vínculos con personajes ligados al crimen organizado, ya sea por cercanía política, negocios mutuos, omisiones o relaciones personales que han quedado documentadas, aunque ninguno de estos casos ha derivado en responsabilidades legales concluyentes.

El caso de Pedro Haces refuerza la percepción de que la 4T no ha logrado establecer filtros claros para evitar que figuras con antecedentes cuestionables o relaciones peligrosas se inserten en su estructura política y sindical. Mientras el gobierno insiste en que no hay pruebas formales, la acumulación de evidencias circunstanciales y la repetición de historias similares generan una desconfianza creciente en amplios sectores de la sociedad, que observan cómo el combate a la corrupción y al crimen organizado parece detenerse cuando los señalamientos alcanzan a personajes cercanos al poder.

Édgar Rodríguez Ortíz, mejor conocido por su alias “El Limones”, es señalado como jefe de plaza y principal operador financiero de una célula delictiva denominada "Los Cabrera", vinculada a la facción "Los Mayos" del Cártel de Sinaloa, con operaciones de extorsión, narcotráfico y lavado de dinero en la región de La Laguna, entre Durango y Coahuila. En un operativo conjunto realizado el 10 de Diciembre fuerzas federales lo capturaron junto con al menos cinco presuntos integrantes de su grupo, tras labores de seguimiento e inteligencia, y posteriormente un juez federal dictó prisión preventiva oficiosa en su contra. A "El Limones" se le imputa su probable participación en una amplia gama de delitos, que incluyen extorsión agravada, acopio y portación de armas de fuego, posesión de cartuchos y cargadores, delitos contra la salud en modalidad de narcotráfico, así como movimientos financieros irregulares presuntamente usados para lavar dinero y financiar actividades ilícitas.