El reclamo ciudadano surgió luego de que el Síndico, Carlos Sosa Valera, aprovechara su intervención en el informe para lanzar una serie de críticas contra la administración actual, pese a formar parte del propio gobierno, por lo que su postura provocó incomodidad entre los asistentes al informe, pues muchos interpretaron su discurso como un intento de protagonismo más que una observación con fundamento, ya que no dió ni cifras ni acciones que tomaría al respecto de las supuestas anomalías que denunció.

Detrás de estas diferencias, pesan sobre Sosa Valera señalamientos graves por violencia política de género y nepotismo, ya que el funcionario habría humillado públicamente a una trabajadora del DIF municipal, incurriendo en un acto de misoginia, abuso de autoridad y violencia política de género. Además, se le acusa de haber favorecido a su hija, quien fue incorporada al ayuntamiento y posteriormente al DIF, donde se ostenta como directora sin tener nombramiento oficial, usando un gafete improvisado como supuesto respaldo institucional.

Mientras el Síndico lanza acusaciones en público, evade pronunciarse sobre los actos que le atribuyen dentro del propio ayuntamiento y su silencio frente a los reclamos de la ciudadanía reforzó la percepción de que sus críticas al gobierno municipal no responden a una preocupación genuina por la transparencia, sino a intereses personales, políticos y económicos por lo que la incongruencia entre su discurso y sus acciones ha aumentado el descontento social que hay en su contra ya que solo busca protagonismo para proyectarse políticamente porque busca ser candidato en 2027 por eso nadie cree en lo que dice.

Hoy, la figura de Carlos Sosa Valera se ha desgastado ante la opinión pública y lo que comenzó como una intervención en el informe terminó convirtiéndose en un momento que exhibió su hipocresía y las incongruencias que arrastra desde el inicio de la administración. En Ayotoxco, cada vez más ciudadanos coinciden en que el Síndico se ha convertido en un personaje no grato, movido por ambiciones personales que nada tienen que ver con el bienestar del pueblo. ¡Hasta la próxima!